-¿Y por qué estamos aquí tumbados, en medio de ninguna parte, mirando a las estrellas?
-¿No te gusta?
-Me encanta.
-¿Entonces?
-No sé… me parece raro…
-¡Jaja! Me pediste un plan espontáneo y… bueno, se me ocurrió esto.
-Pues también es verdad… ¿Sueles hacerlo mucho, mirar las estrellas?
-Bueno, menos cuando es de día…
-¡Jaja!
-No, a ver, no soy ningún experto en estrellas, ni astros, ni cosas de estas pero no sé… tienen algo.
-¿Algo?
-Sí. ¿Nunca lo has pensado? Todos los días están ahí arriba y basta con levantar la cabeza para verlas… luego piensas en lo lejos que están, y te sientes tan…
-Insignificante…
-¡Exacto! Es algo que ya no hacemos, no miramos a nuestro alrededor, miramos, pero no nos fijamos…
-Sí, lo entiendo. Alguna vez he ido por la calle y me ha dado por mirar para arriba y…
-Y sitios por donde has pasado a diario son de una forma que nunca te habrías imaginado, simplemente inclinando un poco hacia atrás la cabeza y alzando la mirada…
-Sí… Nos centramos demasiado en otras cosas, en nuestras cosas y no nos damos cuenta de todo lo que nos perdemos… ¿Tú sabes cuántos escalones hay entre planta y planta de nuestro edificio de oficinas?
-No.
-¿No?
-No, yo cojo el ascensor…
-¡Jaja! Cierto… Pero me quería referir a que todos los días subimos las escaleras hasta casa, o hasta la oficina y no sabemos cuántos escalones hay.
-Miramos pero no observamos…supongo que no me fijo tanto en las cosas como creía…
-La Luna…
-¿Eh?
-La Luna… es inevitable fijarse en ella…
-Yo que quería hablar de estrellas y te me fijas en la Luna…
-¡Jaja!
-Tienes razón, siempre hay gente que se emboba y lo entiendo perfectamente… y pensar que la vemos gracias al Sol…
-Sí, un simple reflejo que atrae más que aquello que refleja…
-¿Sabes que los primeros filósofos se pasaban el día mirando el cielo, los astros…las estrellas y la Luna?
-Sí, tampoco es que pudieran hacer mucho más y evadirse siempre ha sido lo suyo… ¿Y eso a qué viene?
-La palabra lunático, pronto llamaron a los primeros filósofos lunáticos porque se pasaban el día en la Luna…
-¡Jaja! Siempre evadiéndose del mundo…
-¡Sí, cómo los odio!
-¡Jaja!
-Es verdad… pensar está bien, pero también hay que actuar y a veces es lo que les falta…
-¡Una estrella fugaz!
-¡Sí!
-¡Llevaba años sin ver una! Desde que tenía doce años, creo…
-Los niños, los niños todavía viven en las estrellas, con la mirada en ellas. Luego, crecemos y bajamos la mirada de las estrellas y ponemos los pies en la tierra…
-¿Tú también?
-No. ¿Y tú?
-¡Jaja! Tampoco… bueno, a partir de ahora no.
-¡Jaja! ¿Has pedido un deseo?
-¿Un deseo?
-Sí, por la estrella fugaz…
-¡Aiba! De la emoción se me ha olvidado…
-¡Jaja! Bueno, ahora que ya tienes la mirada en las estrellas volverás a ver estrellas fugaces y podrás pedir deseos… ¿qué habrías pedido?
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