Y esperas.
Te sientas.
Te tumbas.
y esperas.
Pero te levantas.
No puedes estar quieto.
Necesitas andar. Necesitas llorar.
Necesitas abrir la tumba,
ver que está vacía,
que no sabes qué esperas.
Pero estás esperando.
No hay reloj en tu muñeca,
no suenan las campanas.
No pasa el tiempo
y te pesa.
Te pesa cada segundo,
cada momento, cada instante.
Esperas en silencio,
pues tus gritos y llantos son sordos.
Versos invisibles.
Inservibles.
Recuerdo de algo que no viviste.
Vuelves a un reloj de arenas movedizas
y quieres correr,
pero te atrapa.
Te congela, te hiela, te quema.
Te estalla la cabeza,
privada de sonrisas, falta de risas.
Pestañeo mojado,
respirar en sollozos,
hablar en corcheas.
Simplemente te sientas,
te sientas y esperas,
a ver cuándo llega.
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