Y ahora otra vez no sé qué hacer,
sentado en el metro,
la mirada perdida,
una mirada que no mira.
Solo sé que no puedo caer,
pero si caigo, me arrastraré,
porque hay veces que no puedes vivir de pie.
¿Vivir en la depresión otra vez?
Y las voces son ruidos que rebotan,
rebotan en mí,
tan absorto en la nada.
Y mis ojos rojos sollozan,
sollozan y lloran un veneno amargo,
tan amargo y tan dulce al probarlo.
Y te viene la pregunta, la premonición,
de si todo será igual,
de si lo vas a poder soportar.
Y me bloqueo,
me ahogo congelado en el hielo,
cuando todo arde,
cuando la cabeza estalla,
el cuerpo pesa
y el corazón se para.
Y todo a mi alrededor,
todo pero no hay nada.
y lo miro y lo veo pero no hay nada.
Es todo tan aparente,
tan falso, tan injusto…
y no hay nada que duela más en el mundo,
que la incomprensión del alma,
que te hagan sentirte solo,
rodeado de gente extraña,
gente rara que parece ser lo normal,
pero gente mala,
envenenada.
Y una y otra vez te dan golpes,
en una mejilla, en la otra,
en toda la cara. ´
Y cuando no hay más que magullar,
empiezan con el resto del alma.
Y no paran,
una y otra vez,
te quieren destrozar
desde una presunta tolerancia,
de lo que llaman ser modernos,
y lo que yo pienso que es no tener valores
y critican y rechazan,
una moral que ellos llaman cristiana.
Tan idiotas que no saben que no importa la etiqueta,
cuando el amor, el sentimiento puro,
es bueno y sincero.
Que por encima de todo prima una forma de ser,
que prima una verdad.
y que yo, que creía en las personas,
me confieso descreído,
y ahora creo en los sentimientos,
en los sentimientos que me ofrecen lo vivido.
Y siento dejar de creer en vosotros,
egocéntricos de vuestro ombligo,
con valores que no entiendo,
que son en realidad tan falsos y vacíos,
y desde allí, veis los míos,
y envidiosos no reconocidos,
os burláis, me atacáis,
creéis hacerme un favor
y lo hacéis,
porque me apartáis,
me apartáis cada vez de un mundo fingido,
un mundo que llamáis real,
realidad, y sin embargo construís dejándoos llevar,
siendo el uno y el otro igual,
igual de vacíos, igual de sinsentidos,
igual de dolidos, igual de podridos.
y aún así, no sé si lloro por vosotros y por mí,
porque habéis construido ese mundo en ruinas a mi alrededor,
intentáis que crea que es real,
que pensar diferente es querer escapar.
Enhorabuena,
lo habéis conseguido:
quiero escapar, huir lejos,
encontrar mi verdadero hogar.
Hacerlo yo,
que nunca nadie más me diga que deje de soñar,
que mientras siga vivo yo,
juro y prometo,
que habrá en este mundo un soñador.
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