sábado, 7 de enero de 2012

Álbum de fotos

Iba en busca de un papel, no podía recordar que papel pero, sabía que lo necesitaba. Abrió el cajón dónde debería estar pero no estaba. Rebuscó por todo el cajón, apartó todos los papeles y pequeñas cosas que obstaculizaban su tarea pero nada. Entonces pensó en que tal vez se había caído al meterlo en el cajón y se había deslizado hacia el armario que había justo bajo el mismo mueble. Abrió la puertecita y…¡Plof! Se cayeron todas las cajas llenas de fotos además de varios álbumes. Menudo desastre, le llevaría un buen rato organizar todo otra vez. Sin embargo, no pareció importarle el tiempo ya que nuestro intrépido Indiana Jones, en busca del papel perdido, empezó a mirar las fotos.

Había cientos, casi podríamos decir miles. Entonces, empezó el viaje al pasado, al recuerdo. En las fotografías había un montón de personas que no veía desde hacía ya bastante tiempo y otras que veía a diario pero que ya no eran como podía verse allí reflejado. Una de esas personas era él. Había cambiado mucho y al ver fotos de más de diez años de antigüedad casi no podía reconocerse. Había  fotos de muchos lugares, lugares a los que ya no iba ni tendría sentido volver a ir pero que, a pesar de eso, le evocaron tal nostalgia, que la lógica no importaba, una fuerza en su interior le pedía que, en cuanto tuviera un rato libre, se dirigiera sin dudar a aquellos sitios en los que una vez disfrutó. También había gente que ya no volvería a ver nunca más pero esto no entristeció a nuestro protagonista, no. Más bien le creo cierta sensación de melancolía, cierto recuerdo triste pero, a la vez satisfactorio. La verdad, era una sensación difícil de explicar. Cumpleaños, bodas, visitas al zoo, vacaciones en la playa, en la nieve, en la montaña, aquel partido de fútbol, aquella vez que en párvulos se disfrazó de pastor, aquella cabalgata… toda una vida de experiencias que parecían haber quedado atrás pero que, al ver las fotos, recordaba todas con un gran cariño.

Finalmente, llegó a la última foto. La cogió y, bajo ella, estaba el papel que había buscado desde un principio. Pensó que si no fuera por él, posiblemente no habría visto esas fotos en mucho tiempo y, le hizo darse cuenta de que, fotos actuales había pocas, todas tenían más de tres o cuatro años seguro. Le hizo pensar en que, las fotos, ahora y desde hace un tiempo habían dejado de ser algo que poder coger y ver con alguien algún día y que, todo el mundo había empezado a verlas a través de las muchas redes sociales que hay. No es que no le gustara esta idea pero cuando la pensó sólo pudo suspirar profundamente… Al ver las fotos se dio cuenta de que quizás no volvería a sentarse en un sofá con una, dos o tres personas queridas, a mirar fotos, a pasárselas de uno a otro, a ver marcados los dedos… Decidió que, a partir de ese momento, seleccionaría e imprimiría las fotos que más le gustasen, fueran buenas o malas, mostraran alegría o tristeza… Fuere como fuere, quería llenar una caja, las páginas de un álbum, de recuerdos y, en un futuro, sentarse en un sofá junto aquellas personas a las que quería y, simplemente, recordar.

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