Bien, tras un tiempecito sin escribir opinión y centrándome más bien en una historia que no sé hacia donde me llevará, creo que ya tocaba volver a escribir una pequeña reflexión, por breve, obvia y todo lo que queráis que parezca. Me gustaría hablar de lo que es la comunicación de estos días en nuestra sociedad, y cómo sólo hablo de aquello que me gustaría hablar, es lo que haré.
El caso es que nos toca vivir tiempos en los que estamos más comunicados con el resto del mundo que nunca, gracias, cómo no, a las redes sociales. Gracias a ellas podemos escribir que estamos haciendo en cada minuto, en cada segundo y, se pueden enterar casi instantáneamente en cualquier parte del mundo. Ahora mismo, puedo decir que me pica la punta del dedo gordo del pie derecho, ponerlo en cualquier red social y, todo el mundo lo sabrá. ¡Qué útil que es la tecnología! ¡Cómo favorece la vida social! Pues bien, esto me parece una verdad aparente. Estamos manteniendo el contacto con la gente pero sin decir nada importante, transmitimos un montón de información que antes nos guardábamos, básicamente porque es información basura, es información que sobra. Además es una información pensada para que guste a los demás. Me intentaré explicar mejor con otros ejemplos. Pensemos en el caso de una conversación por el “messenger”, o por el chat de “Tuenti”. Hablaremos con aquella persona que nos apetezca y le apetezca hablar con nosotros, hasta ahí bien pero, lo que realmente me importa a mí es el contenido de aquello que diremos. Y es que, al escribir, no decimos ni mucho menos aquello que pensamos, no. Decimos parte de lo que pensamos y, en gran medida parte de lo que queremos que los demás oigan. Pensaréis “pues menudo hipócrita es el tipo este que dice lo que quieren oír los demás, menudo falso…”… ante esto solo puedo defenderme diciendo que normalmente, cuando “hablo” por estos medios, tampoco es que me pare mucho a revisar lo que escribo o si realmente le gustará a la otra persona pero, esto, me obliga la mayoría de las veces a usar emoticonos. La forma de decirlo, el tono de la voz, es algo que se pierde a través del teclado y que nos puede causar problemas. No sé, no estoy diciendo que la gente debería dejar de utilizar estas plataformas, no, estoy diciendo que, aunque parezca que estamos más comunicados que nunca, hay que ver la manera en qué lo estamos, hay que fijarse en el precio que estamos pagando.
Para dejar de aburriros ya e irme a escribir otras cosillas,decir que pienso que, el mínimo de una conversación bien hecha, está en una conversación telefónica, donde transmitimos el tono de la voz, donde no da tiempo apenas a pensar una respuesta, donde tiene que haber cierta espontaneidad, donde no nos preocupamos o no tenemos tiempo de pensar que es lo que la otra persona quiere oír, es, bajo mi punto de vista, cuando decimos lo que queremos. Seguramente digamos muchas cosas de las que nos arrepentiremos pero no importa, es la gracia de la vida, equivocarse, no intentar ser perfectos. A lo mejor, tras leer esto pensáis que no sea capaz de mantener una conversación escrita, que haya renunciado a la tecnología pero, para nada, simplemente creo que, con la distancia y la no presencia en una conversación se pierde ya mucho (gestos, miradas…), si además se pierde la voz (algo tan personal y que nos hace prácticamente únicos) y la espontaneidad, tenemos un problema. Tenemos un problema de, sociabilidad, sociabilidad aparente creada por las redes sociales. Y, supongo que os habréis dado cuenta de que, ahora, estoy escribiendo y, tengo tiempo para pensar lo que voy a poner, puedo borrar y volver a escribir, puedo intentar imaginar la forma en qué transmitiría del mejor modo posible lo que quiero expresar, cómo creo que puedo llegar más a lectores y lectoras pero, lo siento, confieso que no puedo dejar de ser espontáneo incluso escribiendo, las únicas veces que retrocedo en esto que escribo es para borrar fallos en mi escritura (y aún así encontraréis alguno). Posiblemente con esto solamente consiga perder claridad, crear unos embrollos, unos laberintos por los que voy divagando para llegar a una meta que no queda muy clara, pues bien, lo siento pero, creo que es cómo debe ser.
P.d.: Se me había olvidado decir que, en una conversación, lo que queremos en última instancia es, conocer mejor a una persona y que esta nos conozca mejor a nosotros y, creo, que conocer a alguien únicamente es posible cuando vemos actuar a esa persona en el momento, de manera espontánea, de una manera natural, cuando no tiene tiempo para pensar qué hacer o decir, cuando se tiene que mostrar tal y cómo es porque no le da tiempo a crearse o pensar una coraza de palabras o actos tras los que esconderse. Sé que me repito mucho pero, falta espontaneidad, falta naturalidad, falta actuar de una manera original, no digo que actuemos sin pensar, digo que actuemos cómo queremos actuar, que interpretemos un papel del que no tenemos guión, que escribamos un guión auténtico, original.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar!!! Cuantas más opiniones lea mejor visión del mundo tendré (o al menos eso intentaré).