-El plan… ¡vamos de excursión al zoo!
-…
-¿Cómo se te queda el cuerpo?
-…
-¿Estás?
-Sí, sí, es que no sé cómo reaccionar…es decir, hace bastante tiempo que no voy al zoo, y eso que me encantaba…
-Siempre se nos olvidan los animales, los niños de hoy en día no distinguen más de diez animales creo yo…
-Sí, es curioso, se pueden aprender el nombre de tropecientos “Pokémon”, “Gormiti” o bichos de esos pero no saben lo que es un ornitorrinco…
-¡Jaja! No creo que veamos ornitorrincos pero bueno… Aunque no acabo de coincidir con tu idea…
-¿Cómo que no? Todas mis ideas son perfectas…
-¡Jaja! ¿Me explico?
-Adelante…
-A ver, antes la gente se sabía los nombres de muchos animales, luego, hubo una generación de chavales que se sabía los nombre de los animales y además se aprendió los de los juegos y dibujos estos y, por último…
-Por último están los chavales de ahora que son idiotas…
-¡Jaja! Pues sí, más o menos… ¡Lo has conseguido!
-¿Eh?
-Sí, acabar la frase que he empezado…
-¡Ah! Por supuesto, ya te he dicho que soy perfecto… Aunque según lo que acabamos de hablar, en un futuro, mis hijos, seguramente serán muy…
-Idiotas… Sí, de tal palo tal astilla…
-¡Jaja!
-No, simplemente aprenderán otras cosas que se han convertido más importantes que las que antes lo eran…
-Bien visto… Oye, en cuanto a lo de no decir ni “hola”, ni “hasta luego”… sé que dijimos que la conversación se daría por “pausada” cuando alguien se callara pero… no sé, aunque sea un “pausa”…
-No, me niego… Aunque creo que la pausa se acerca… Mañana a eso de las once en la puerta del zoo del norte de la ciudad… ¿Te va bien?
-…
-¿Oye?
-…
-¡Y lo ha vuelto a hacer!
-…
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