Llevo tiempo con bastantes ganas de escribir un post sobre este tema y, no encontraba el momento, el hueco o simplemente no me salían las palabras o expresiones que creo que mejor explicarían lo que quiero decir. El caso, es que quiero hablar sobre lo que el más conocido divulgador español actual no para de decir: la gestión de las emociones.
Estoy cansado de ver una y otra vez a Eduard Punset decir que, el gran reto que tenemos que conseguir llevar a cabo durante los próximos años es la gestión de las emociones. Lo repite una y otra vez, y cuando puede, lo vuelve a repetir y yo, cada vez que lo escucho pienso que tiene más razón y, seguramente, lo seguirá diciendo y tendrá más razón aún. La cosa es que, siempre nos da el mismo ejemplo, habla de sus nietas y de cómo les pregunta, cuando llegan del colegio si les han enseñado a ser felices, a expresar su enfado o cualquier mínima cosa que tenga que ver con las emociones y, la respuesta de sus nietas, siempre es la misma: “Pero qué cosas dices abu” (o una respuesta similar pero, de cualquier modo, la respuesta, como todos podemos intuir, es una respuesta negativa). Y es que no, nadie enseña a gestionar las emociones. No se nos enseña a expresar lo que sentimos, de hecho, todo lo contrario. Se nos enseña a mostrar una buena apariencia física, a sonreír al mundo, sin importar como nos sintamos realmente. Vamos por la calle, vemos a algún conocido y le preguntamos por su salud “¿Cómo estás?”, y normalmente nos dicen que están bien, o como mucho que están resfriados y demás. Da igual la persona que sea, da igual si hablamos con ella todos los días, no vamos más allá del “Estoy bien ¿y tú?”. Y esto, queramos o no, no puede ser sano, aunque, es lo que hay y es un problema o reto a solucionar.
No estoy diciendo que vayamos por la calle explicando a desconocidos y desconocidas como nos sentimos, no. Estoy diciendo que aprendamos a gestionar las emociones, que aprendamos a hablar de los sentimientos, que no sea algo reservado a la familia (y a veces ni tan siquiera eso) o a un psicólogo o que sea algo que llevemos por dentro como un secreto, como algo que debemos mantener encerrado y no dejar salir. Tenemos que aprender a manejar esto y, eso es lo que dice Punset o, al menos, eso he entendido. La verdad, me gustaría que algún día, la pregunta de “¿Cómo estás?” fuera desapareciendo por la pregunta “¿Cómo te sientes?”. Me gustaría que algún día alguien me hiciera esa pregunta y yo fuera capaz de contestarla y, que yo, del mismo modo, fuera capaz de preguntárselo a alguien y me lo contestara sin problemas. Ese es el gran reto y, debemos a empezar a trabajar para que la gestión de las emociones sea una realidad en un futuro no muy lejano, para que futuras generaciones (y si pudiera ser la nuestra), tengan una vida más sana y, estoy seguro de que controlando y manejando emociones y sentimientos, tendremos un mundo de personas no ya más felices, sino, simplemente felices y, creo poder afirmar que el objetivo de toda persona es la felicidad propia y la de los demás. Así que ya sabéis, a cambiar preguntas y respuestas.
Estoy cansado de ver una y otra vez a Eduard Punset decir que, el gran reto que tenemos que conseguir llevar a cabo durante los próximos años es la gestión de las emociones. Lo repite una y otra vez, y cuando puede, lo vuelve a repetir y yo, cada vez que lo escucho pienso que tiene más razón y, seguramente, lo seguirá diciendo y tendrá más razón aún. La cosa es que, siempre nos da el mismo ejemplo, habla de sus nietas y de cómo les pregunta, cuando llegan del colegio si les han enseñado a ser felices, a expresar su enfado o cualquier mínima cosa que tenga que ver con las emociones y, la respuesta de sus nietas, siempre es la misma: “Pero qué cosas dices abu” (o una respuesta similar pero, de cualquier modo, la respuesta, como todos podemos intuir, es una respuesta negativa). Y es que no, nadie enseña a gestionar las emociones. No se nos enseña a expresar lo que sentimos, de hecho, todo lo contrario. Se nos enseña a mostrar una buena apariencia física, a sonreír al mundo, sin importar como nos sintamos realmente. Vamos por la calle, vemos a algún conocido y le preguntamos por su salud “¿Cómo estás?”, y normalmente nos dicen que están bien, o como mucho que están resfriados y demás. Da igual la persona que sea, da igual si hablamos con ella todos los días, no vamos más allá del “Estoy bien ¿y tú?”. Y esto, queramos o no, no puede ser sano, aunque, es lo que hay y es un problema o reto a solucionar.
No estoy diciendo que vayamos por la calle explicando a desconocidos y desconocidas como nos sentimos, no. Estoy diciendo que aprendamos a gestionar las emociones, que aprendamos a hablar de los sentimientos, que no sea algo reservado a la familia (y a veces ni tan siquiera eso) o a un psicólogo o que sea algo que llevemos por dentro como un secreto, como algo que debemos mantener encerrado y no dejar salir. Tenemos que aprender a manejar esto y, eso es lo que dice Punset o, al menos, eso he entendido. La verdad, me gustaría que algún día, la pregunta de “¿Cómo estás?” fuera desapareciendo por la pregunta “¿Cómo te sientes?”. Me gustaría que algún día alguien me hiciera esa pregunta y yo fuera capaz de contestarla y, que yo, del mismo modo, fuera capaz de preguntárselo a alguien y me lo contestara sin problemas. Ese es el gran reto y, debemos a empezar a trabajar para que la gestión de las emociones sea una realidad en un futuro no muy lejano, para que futuras generaciones (y si pudiera ser la nuestra), tengan una vida más sana y, estoy seguro de que controlando y manejando emociones y sentimientos, tendremos un mundo de personas no ya más felices, sino, simplemente felices y, creo poder afirmar que el objetivo de toda persona es la felicidad propia y la de los demás. Así que ya sabéis, a cambiar preguntas y respuestas.
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