martes, 18 de febrero de 2014

Imposible recordar…

Imposible recordar el momento en el que empezaste a mirar el pasado con un punto de nostalgia, con melancólica mirada. No hay otra forma de mirar atrás cuando los has pasado bien. No hablo ya de un tiempo lejano, ni siquiera meses, no. Hablo del día a día. Llegas a la cama, la abres, miras a la almohada y allí está ella, preparada para escucharte. Y le repasas minuciosamente cada segundo del día. A ella le da igual, pero tú necesitas contarlo, necesitas recordarlo porque aún no lo has procesado. Últimamente no piensas demasiado durante el día, simplemente lo vives, es justo lo que quieres, disfrutarlo, pero las noches… las noches siempre llegan y las conviertes en recuerdo consciente del día.

Y te ríes, te ríes solo de lo que te reíste hace unas horas acompañado. Y cuando por fin has conseguido contarle todo tu día, le cuentas cómo será el día de mañana, a veces te extiendes un poco más e intentas explicarle cómo será todo dentro de unos meses. Lo cierto es que no lo sabes, pero sabes cómo te gustaría que fuera, te haces una idea. Hace bastante que piensas que no cambias, pero eres consciente de que estás en un nuevo punto, tu cabeza funciona de otra manera, te permite relacionarte de otro modo, te has subido a una nube desde la que miras al mundo y lo ves diferente. Para nada has olvidado todo lo que sabías, no, pero lo ves de forma diferente.

Te ves viviendo, por primera vez te ves viviendo, riendo un pasado y un futuro. Antes solo creías vivirlos, reírlos, pero una vez más te das cuenta de que no. No sabes desde cuándo, no sabes el momento exacto, no sabes por qué… bueno, quizás el por qué es lo único que crees que sabes, pero no sabes el cómo. Los trucos de magia que nos impresionan y nos encogen el corazón se basan en eso mismo, no sabemos cómo. Tampoco debería importarnos, así que te conformas con creer que sabes el porqué.

Pero no te apetece pensar, ni siquiera escribir. Te apetece que mañana sea como hoy. Te apetece llegar a casa y repasar el día con tu almohada y agotarla con lo que viene. El presente ha dejado de existir en tu cama, pero lo más raro es que no te preocupa, simplemente te sientes bien y haces lo único que sabes hacer: te ríes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar!!! Cuantas más opiniones lea mejor visión del mundo tendré (o al menos eso intentaré).