Por alguna pasión,
son mis versos más claros los más oscuros,
los que escribo con mi corazón encogido,
los que escribo en el fondo,
en lo más profundo,
donde la patada se hunde en el suelo,
donde ya no existe impulso.
Me muevo bien cuando las arenas me han digerido,
labios sin fuerza para sonreír;
lo intentas.
Tragas tierra.
Y no te resistes,
te dejas tragar.
Poco a poco,
el sol, el cielo, las nubes,
todo se va.
Pero todavía respiras,
y aún eres capaz
de mirar a tu lado y decirle:
"Mira esa estrella,
nunca dejó de brillar.
Mírala bien,
no seas como yo,
No te dejes tragar.
Mírala bien,
no es una estrella fugaz."
Por alguna razón,
no supe nadar.
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