sábado, 5 de noviembre de 2011

El de cuando el tiempo es oro y no horas

Hoy reflexionaré sobre el tiempo. No sobre el tiempo meteorológico, no. Me gustaría centrarme en el tiempo cronológico, en el “cronos”. No diré nada que nadie no sepa, simplemente lo dejaré escrito ya que pienso que, es algo tan sumamente elemental y obvio que nadie se ha parado ha escribirlo. Puede que escribir sobre el tiempo sea una pérdida del mismo, pero bueno, hoy estoy derrochador.
El tiempo tiene una estructura claramente lineal  y siempre transcurre del mismo modo, un minuto siempre es un minuto. Hasta aquí bien pero, si bien la estructura del tiempo no tiene ningún cambio, hay algo que sí que lo tiene: nuestra percepción de él, nuestra forma de verlo. Nadie me podrá negar lo interminable que se hacen dos horas recibiendo una conferencia sobre algo que no nos interesa lo más mínimo y, en cambio, lo rápido que puede parecer un viaje que realmente ha durado un mes pero nos ha parecido que su duración ha sido la de apenas unos segundos, que ha sido algo tan efímero… Así es como percibimos el tiempo las personas y, no tengo ni que mencionar que cada animal lo percibe de un modo distinto (pero ese es otro tema). La verdad, pienso que es necesaria esta forma de percibir el tiempo, que unas veces se nos haga tan corto y otras tan largo el mismo periodo de tiempo es algo básico. Si nuestra percepción del tiempo fuera real, quiero decir, tal cuál es, sería algo insoportable, sería impensable e imposible vivir de ese modo. Me niego a explicar el porqué, simplemente pensad en como sería un mundo así.
Dicho esto veo dos cosas claras: cuando estamos pasándolo mal la sensación de duración del tiempo es infinita y cuando lo pasamos bien, justo lo contrario, todo se convierte en algo efímero, fugaz(es una faena la verdad, estaría mejor que se nos hicieran largos los buenos ratos, pero, si se nos hacen cortos es precisamente porque no estamos pensando en como pasa el tiempo…). En la actualidad, en una sociedad en la que vivimos demasiado preocupados por el tiempo en su primera y más básica definición, en el que estamos constantemente mirando el reloj (bueno, no nos engañemos, miramos la hora en el móvil…), en el que todo está tan marcado por los horarios, estamos consiguiendo tener una percepción del tiempo que se asemeja o se acerca más a su estructura lineal, nos estamos alejando de esa forma tan particular que tenemos de percibir el tiempo las personas. Podríamos decir que cada vez estamos más programados. Ante esto, propongo perder la noción del tiempo. ¿Qué significa perder la noción del tiempo? Pues bien, creo que es no darte cuenta de cómo está pasando el tiempo. ¿Y cuándo ocurre esto? Esto sólo ocurre cuando estás disfrutando de lo que haces, cuando el tiempo vuela sin que te percates de ello. Fijaos que, es la única manera con la que te aseguras de que te lo estás pasando bien. De otro modo, cuando eres consciente de cuan largo se hace un momento o cuando estás pendiente del reloj (bueno del móvil…), cuando eres esclavo del tiempo, lo estás pasando mal, estás perdiendo la esencia de la vida, estás malgastando tu tiempo y, como habréis oído: “El tiempo es oro”. A esto yo añadiría: “ y no horas.”
Acabaré recomendando que no seáis esclavos del tiempo. Os deseo una vida efímera y fugaz (no literalmente sino que la percibáis así) ya que, si sentís que así ha sido, estoy seguro de que habrá merecido la pena. Recordad: “El tiempo es oro y no horas”.

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